Multas de hasta 500.000 euros.
El Consejo de ministros aprobado el 7 de junio el proyecto de ley de desperdicio alimentario y prevención de las pérdidas. La norma, que ahora será remitida al Congreso para iniciar su tramitación parlamentaria, pretende poner coto a los millones de kilos de comida y bebida que los hogares tiran cada año a la basura.
Entrada en vigor de la ley contra el desperdicio alimentario
Se espera que esta iniciativa entre en vigor a partir del 1 de enero de 2023. Para ponerla en marcha todas las empresas tendrán que incluir en su Plan de Prevención una serie de medidas para evitar el desperdicio de alimentos. Los negocios que tengan menos de 1.300 metros cuadrados no tendrán la obligación de contar con el Plan de Prevención.
Los restaurantes y supermercados deberán especificar qué uso les va a dar, siendo siempre prioritario el consumo humano y su donación a bancos de alimentos. La Ley contra el desperdicio de alimentos posibilitaría la opción de facilitar los alimentos sobrantes de manera gratuita a los consumidores.
Convenios
Las empresas tendrán que suscribir convenios con las organizaciones receptoras para especificar en qué condiciones se va a producir la recogida, el almacenamiento y el transporte de los alimentos. Además, deberán de informar de manera anual sobre cuál es el desperdicio de alimentos producido ese año.
¿Cómo afecta a los restaurantes?
Los restaurantes estarán obligados a notificar a sus clientes siempre y cuando puedan llevarse las sobras para evitar despilfarrar comida. Y deberán disponer de tuppers reciclables o reutilizables para favorecer este trámite.
Además, según la Ley contra el desperdicio de alimentos, cuando no sea posible que los consumidores se lleven la comida habrá que transformarlos (siempre y cuando estén en buenas condiciones) en productos aptos para el consumo, por ejemplo, zumos.
Obligaciones de los Supermercados
Los supermercados tendrán la obligación de poner precios más bajos a los productos que tengan una fecha de caducidad próxima para facilitar su compra y su rápido consumo. También tendrán que promover el consumo de productos de temporada.
Productos no aptos para el consumo
Cuando haya productos que no sean aptos para el consumo humano deberán transformarse en conservas o procesados como mermeladas. Si no es posible se usarían para el consumo animal o la fabricación de piensos. Y como última opción podrían utilizarse para producir compost.
Multas de hasta 500.000 euros por incumplir
El proyecto de ley de desperdicio alimentario contempla sanciones por el incumplimiento de lo establecido en el texto, tales como no donar los alimentos aptos para el consumo humano con los que se cuente o que las empresas receptoras establezcan algún tipo de discriminación en el reparto:
- Infracción leve (hasta 2.000 euros de multa). Se considera como tal no aplicar la jerarquía en el uso de los alimentos o que las empresas de distribución al por menor o los restaurantes no donen los productos no vendidos que sean aptos para el consumo humano. También que las ONG o entidades sociales no entreguen los excedentes a personas desfavorecidas o que fijen motivos discriminatorios a la hora de repartir los alimentos (motivos de edad, sexo, salud, nacionalidad).
- Infracción grave (de 2.001 a 60.000 euros de multa). Se concibe como una infracción grave que las empresas de la cadena no cuenten con un plan de prevención.
- Infracción muy grave (de 60.001 a 500.000 euros de multa). Si una entidad comete dos faltas graves en un plazo de dos años, la segunda o ulterior se considerará como muy grave, pudiendo llegar la multa hasta el medio millón de euros.
Para conocer más detalles habrá que esperar hasta la publicación de la Ley.